Recuerdo aquel día en el que te pedí que me amaras. Vos dijiste que no podías hacerlo porque en donde debería haber estado tu corazón tenias una piedra. En realidad, a quien no podías amar era a mí porque hoy te encuentras amando a alguien más.
Entonces pensé y agradecí que no me amaras a mí, nunca me había enamorado antes y empecé a agradecer que no me dieras amor, que no me volvieras débil. Creí que el amor me debilitaría y me quitaría las fuerzas.
Y el tiempo pasa, y te siento cada vez más lejos, y cada vez que te alejas me debilito aún más. Entonces termino por entender… Me hice fuerte cuando te conocí, me volví valiente cuando te metiste a mi vida, el solo pensarte hace que siga a delante, el solo pensarte me da las fuerzas para luchar y ser alguien.
No era el amor que me volvía débil, el hecho de que no pudieras amarme a mí como si a otras era lo que me quitaba fuerzas.
Me encontraste rota, me curaste y me diste fuerzas en las alas, pero te olvidaste de enseñarme como volar sola sin que estés aquí.